lunes, 6 de octubre de 2008



Plácido Domingo encanta al público en Chichén Itzá

Siete de la noche con 22 minutos. Las voces comienzan a sonar en Chichen Itzá. Es sólo un ensayo de los coros. A las 8:13 salen Plácido Domingo y Ana María Martínez al escenario. Es necesaria una prueba de sonido, anuncian, ya que Chaac ha “bendecido” instrumentos y equipos de audio.

A las ocho cincuenta de la noche es la tercera llamada. Latido de tambores, aliento de caracolas… Es una invocación tardía a los dioses mayas…

Según lo anunciado, el programa inicia con el Coro Monumental del Mayab, bajo la dirección de Luis Luna Guarneros: “Macehual”, “Tunkul”, en lengua maya, y “Caminante”, de Carlos Marrufo, Daniel May y Guty Cárdenas. A las 9:06 sale la maestra de ceremonias, Edith González, de vestido rojo grana y tras la bienvenida se inicia el concierto. Chispas de lluvia con los primeros acordes y a Plácido Domingo no le queda otro remedio: tras pedir unos minutos de paciencia, por el bien de los instrumentos de la orquesta, elimina la obertura de Berlioz y decide entrar directo con la romanza de El Cid, de Massenet, “O souverain”.

Ana María Martínez canta luego “Aire de Bijoux” de la ópera “Fausto”, de Gounod, y es necesaria otra pausa por el agua, tras la cual Plácido canta “Lamento de Federico”, de “L'arlesiana”, de Cilea.

El programa ya no tiene más interrupciones y la única lluvia que se escucha luego es la de aplausos que cae al final de la obertura de Verdi “Les vepres siciliennes”. El público está orgulloso de su orquesta, la Sinfónica de Yucatán, que dirige Eugene Kohn. También hay aplausos y “bravos” para el dueto de la primera parte del programa: Plácido y Ana cantan “Giá nella notte densa”, de “Otello”, de Verdi.

A las 10:21 comienza el homenaje a Armando Manzanero. El yucateco abre sentado al piano “Somos novios” y las emociones afloran: “Hasta hoy sigo enamorada”, dice una dama que repite la letra con Manzanero. “